Crecimiento controlado

El crecimiento controlado es un enfoque esencial en el desarrollo urbano que tiene como objetivo gestionar de manera planificada y sostenible el crecimiento de ciudades y áreas urbanas

Este modelo se basa en la implementación de políticas y regulaciones que regulan y ordenan la expansión urbana, priorizando la eficiencia en el uso del suelo, la preservación de áreas naturales y la creación de espacios públicos de calidad.

En el contexto de los bienes raíces en México, el crecimiento controlado adquiere una importancia significativa. Aquí se resaltan algunas de sus características y beneficios clave:

  • Regulación del crecimiento: El enfoque del crecimiento controlado implica establecer límites geográficos y regulaciones que limiten la expansión urbana descontrolada. Esto evita la urbanización excesiva de áreas rurales y fomenta la concentración de la actividad urbana en zonas ya desarrolladas.
  • Eficiencia en el uso del suelo: Promueve un uso más eficiente del suelo disponible, lo que reduce la presión sobre áreas naturales y agricultura. Esto es fundamental para la conservación de ecosistemas y la seguridad alimentaria.
  • Servicios básicos: Facilita la planificación y provisión de servicios básicos, como agua potable, alcantarillado, energía eléctrica y transporte público, lo que mejora la calidad de vida de los residentes.
  • Evita la especulación inmobiliaria: Al regular el crecimiento, se limita la especulación inmobiliaria, donde los precios de la tierra aumentan artificialmente debido a la demanda excesiva.
  • Protección ambiental: Contribuye a la protección de áreas naturales, ríos y recursos naturales al evitar la expansión no planificada sobre estos espacios.
  • Espacios públicos de calidad: Fomenta la creación de espacios públicos atractivos y funcionales que enriquecen la vida urbana y promueven la interacción social.

El crecimiento controlado es esencial para garantizar que las ciudades y áreas urbanas se desarrollen de manera equilibrada y sostenible. Al limitar el crecimiento desordenado, se reducen los problemas asociados con la congestión, la falta de servicios y la degradación ambiental. 

Por tanto, este enfoque se presenta como una herramienta valiosa para lograr ciudades más habitables y resilientes en México y en todo el mundo.